jueves, 30 de septiembre de 2010

El 28 de septiembre evidencia el descalabro del sindicalismo en nuestro país


Con una huelga como la de ayer,  los sindicatos no están legitimados para exigir ningún cambio de política. Fue la menos importante de las que se han celebrado hasta ayer,  y hubiese fracasado de plano sin la acción coactiva de los piquetes, ya  muchos ciudadanos no fueron a trabajar porque no pudieron.
Ni tan siquiera con las actuaciones de piquetes, cerraduras atascadas con clavos o silicona,  el recorte de las comunicaciones  o la colocación de carteles de “cerrado por huelga” en empresas que no pensaban secundar la misma,  consiguieron  en la jornada de ayer que más de un 5%  de los trabajadores  secundara la huelga.
Esas cifras del 5% resultan ridículas, y es que los ciudadanos han tenido claro desde el principio que esta huelga no era más que un paripé de los sindicatos. Si, un paripé de estos desprestigiados  sindicatos que reciben subvenciones millonarias de ese mismo gobierno (PSOE) contra el que decían  ir.
Los ciudadanos han dejado de creer en unos sindicatos que gozan de innumerables privilegios, y viven dependientes de los fondos que les transfieren el conjunto de los españoles a través del erario público.
Sólo los propios sindicalistas secundan sus huelgas, y acuden a sus   manifestaciones, sólo aquellos que viven del pesebre participan de estas parafernalias vergonzantes. Solo volverán a tener credibilidad cuando dejen de vivir del dinero de todos los españoles  y se autofinancien con las cuotas de sus afiliados, entonces sí que se podría constatar  si tienen el respaldo que dicen tener.
Nos sobran los sindicatos y sus liberados y el gobierno que lo ha sustentado, un gobierno que cuando hay millones de españoles en el paro, ha seguido comprando su silencio con cuantiosas subvenciones.

Mis razones para crear este blog


Pongo en marcha este blog en el día de hoy, por mi pasión por la información, porque lo necesito, por desahogo mental, por huir de la rutina, y sobre todo por darle la vuelta  la tortilla informativa contaminada que muchos nos intentan vender.
 Internet  se ha revelado como una magnífica herramienta para la información, para compartir con la sociedad nuestros pensamientos, de ahí  que los contenidos publicados puedan volverse de gran utilidad.
En definitiva un cauce más para dar rienda suelta al torrente de mis pensamientos, de mis sentimientos, sin otra ambición  que compartirlos contigo.