lunes, 15 de noviembre de 2010

CANDIDATO VITALICIO


Como no podía ser de otra manera, el pasado jueves 12 de noviembre, Nueva Canarias volvió a elegir por novena vez consecutiva y por “unanimidad” a Aureliano Santiago como candidato a la alcaldía de Telde.
Lleva desde el año 1979 sentado en salón de Plenos del Ayuntamiento de Telde, eso si con diferentes partidos (AV, AC, ACN, ICAN, CC, NC)

Los ciudadanos de Telde no salen de su hastío, 31 años viendo a la misma persona repetir como candidato, diciéndolas misma cosas cansinas y vacías de contenido, acceder a la política siendo un joven treintañero, y ser ahora mismo un señor sexagenario. Si alguien se tomara el trabajo de leer sus discursos a la asamblea de militantes tras ser “proclamado” vería que son prácticamente un calco uno de otro, con adaptaciones mínimas a la realidad actual.

En Telde afortunadamente los ciudadanos saben muy bien cómo se las gasta este alcalde profesional, 30 años sin otro oficio que el de alcalde. En Telde, sobre todo en este mandato que finaliza, donde ha redoblado su sectarismo, su persecución a todo aquel que disiente de sus postulados, a familias enteras que no se someten a su tiranía, y sobre todo a la prensa donde el oscurantismo y la persecución han estado a la orden del día, utilizando de la forma más inmoral posible el aparato y los resortes de la administración pública.

Si había alguien en Nueva Canarias que tuviera la más mínima esperanza de postularse para la alcaldía, un a vez más este político “tapón” ha cercenado sus legítimas aspiraciones, y es que Aureliano nunca ha tenido una idea de ciudad para Telde, su idea es él mismo, por eso no le importó cercenar hace tiempo toda posibilidad de renovación en su partido, porque no le interesa para nada la pervivencia del mismo fuera de su persona, quiere morir matando y cuando él no esté lo que ocurra le importará bien poco.
Y es que no hace falta ser un lince para darse cuenta de que a Aureliano Santiago poco le importa el proyecto político, suponiendo que lo haya, de sus actuales siglas, como nunca le importó cualquier otro antes. El proyecto político es él, y no es un proyecto político. Es un proyecto de vida, un proyecto, hoy ya una realidad caduca, de ganarse la vida holgadamente sin profesión, sin oficio conocido que no sea ejercer la alcaldía de Telde. Cuando él no esté en política, el proyecto desaparecerá, porque así lo ha dejado él establecido, muy al estilo de la dictadura comunista cubana de su admirado Fidel Castro y su oligarquía gerontocrática. 

Yo sinceramente me atrevo a pensar que al estilo de los grandes megalómanos de la historia , la única pretensión de estos políticos de profesión, es mostrarse como grandes defensores de las políticas sociales, y pasar a la historia por ideas sus megalíticas de grandes proyectos, que nos cuestan a todos los ciudadanos unos cuantos euros, no solo su culminación sino luego su mantenimiento, ahí está el mamotreto del Palacio de la Cultura y de las Artes, que hoy más que nunca muestran la idea de ciudad que tiene éste hombre, tan alejada de la realidad diaria que viven los teldenses.

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