martes, 22 de febrero de 2011

El reino feudal de Nueva Canarias en Telde

Parece evidente que ejercer toda una vida de alcalde puede llegar a nublar las entendederas al más pintado, y eso es lo que le está ocurriendo al todavía alcalde de Telde, Aureliano Santiago, quien ha ejercido 24 años como alcalde, sin que se le conozca otro oficio, profesión o medio de vida que los impuestos de los ciudadanos. En su delirio, producto probablemente de la confusión que padece entre la Institución y su propia persona, ha llegado a creer que todo aquel que venga a nuestro municipio, ha de pedirle permiso y además pagar en el fielato de Nueva Canarias.

Recientemente, y como hace con frecuencia, José Manuel Soria, presidente del PP de Canarias, estuvo en Telde para acercarse a la realidad de nuestro municipio y pronunciar una amena conferencia ante cientos de pensionistas, preocupados por el tijeretazo que el gobierno del PSOE, socio de Aureliano en el Ayuntamiento, ha metido en las pensiones. La visita de Soria, probablemente el político de más alto nivel que ha tenido Canarias, no puede ser sino motivo de satisfacción para todos los teldenses, máxime si tenemos en cuenta que Soria es un teldense de pro, que además esté donde esté, presume de serlo.

Sin embargo, los de Nueva Canarias, con su mesiánico líder a la cabeza, parecen haberse realmente creído que Telde es suyo, de su propiedad, y que todo el que venga aquí, tiene que pedir permiso al ayatolá Aureliano. Así, al día siguiente de la multitudinaria conferencia de Soria, los insularistas se descolgaron con un comunicado, muy en su línea, criticando con sus habituales malos modos, la visita de Soria.

Esta actitud no hace más que poner de manifiesto el talante sectario que impera en esta formación política, (hay quien dice que sociedad mercantil), demasiado dada a los califatos y a formar reinitos de taifa allí donde tienen la desgracia, para los ciudadanos, de gobernar.

Resulta rocambolesco, y del todo esclarecedor, que cuando el mundo camina hacia la integración y libre circulación de los ciudadanos por todo el planeta, una organización de planteamientos y liderazgos arcaicos, como Nueva Canarias, tenga la osadía de cuestionar la visita de un político de la altura de Soria a nuestra Ciudad.

Nueva Canarias, una formación de nula implantación regional, y que parece relegada a ocupar exiguas parcelas de poder municipal, incapaz de articular un proyecto de alcance regional que pueda ilusionar a todos los canarios, y enrocada en un insularismo trasnochado e intransigente, ha elegido al mismo candidato en nueve ocasiones seguidas, eso sí, disfrazándose cada vez bajo unas siglas distintas. Es de hecho, el candidato que con más siglas se ha travestido políticamente para acudir a una cita electoral. Y con todo, aún presume de coherencia, y se permite dar lecciones en este sentido a los demás.

Este partido de planteamientos frentistas, insolidarios y lejanos de las libertades individuales, ha demostrado a los teldenses, y a los canarios, su incapacidad de acometer cualquier iniciativa de regeneración política, colocando al frente de sus listas a unos candidatos que hunden sus raíces políticas en los tiempos pre-democráticos.

Qué bueno sería que, de una vez por todas, se limitase por ley los mandatos de nuestros políticos. Desaparecerían del mapa institucional elementos que, sin otro medio de vida que el dinero de los contribuyentes, se aferran a un cargo hasta creerlo de su propiedad, y lo usan para servir a sus vanidades, como antídoto a sus propios complejos de inferioridad, en lugar de para servir a los ciudadanos.

La telaraña de clientelismo que ejercen a su alrededor estos eternos cargos públicos lastra el desarrollo de las ciudades, e impide que puedan consolidarse otros proyectos políticos o una regeneración o relevo generacional que, en el caso de Nueva Canarias, es ya una esperanza perdida.

Por eso, es hora ya de cambiar de ciclo, de dar paso a un Telde de todos y no a un Telde cerrado, arcaico y feudal, donde la crispación, el navajeo político, y el sectarismo más abominable sean sustituidos por la tolerancia y el buen gobierno al servicio de los ciudadanos.

El próximo 22 de mayo tendremos, por fin, la oportunidad de decirles a políticos como Aureliano Santiago que su época pasó hace años, que Telde está a años luz de su retrógrado pensamiento sectario y totalitario. Será nuestra oportunidad de sacudirnos años de dictadura encubierta, y colocar a Telde en el lugar de progreso y modernidad que se merece, colocando al frente de nuestro Ayuntamiento a una mujer preparada, moderna, trabajadora y luchadora como Mari Carmen Castellano, candidata a la alcaldía de Telde por el Partido Popular, que devuelva a nuestra Ciudad el optimismo necesario para ganar el futuro. Es nuestra oportunidad, es nuestro turno, y lo vamos a aprovechar.

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